Skip to main content

ÁMBITO 5

La ocupación en la Edad del Bronce. La Cultura de El Argar

5.1. LA OCUPACIÓN ARGÁRICA EN LA ZONA. FUENTE ÁLAMO

La Cultura de El Argar se desarrolló durante el tercer milenio a.C. en el sureste de la península ibérica, dando lugar a una red de poblados que dominaban y explotaban un amplio territorio y que normalmente seguían un mismo patrón. El sistema contaba con un asentamiento central ubicado en un promontorio sobre el que controlaban valles fluviales y áreas de interés agrícola y desde el cual dirigían otros asentamientos secundarios de menor tamaño que les posibilitaba el gobierno de zonas geográficas más alejadas. Podemos decir que fueron las primeras ciudades-estado de Europa occidental.

Asentamientos argáricos principales del sureste peninsular

Las tierras del bajo Almanzora constituyeron durante la Edad del Bronce entre 2300 y 1500 a.C. un espacio económico-político socialmente adscrito al poblado argárico de Fuente Álamo. Bajo el control de Fuente Álamo fueron explotados los recursos naturales en el mar, en el estuario, en el valle y en las sierras. Fuente Álamo al igual que otros asentamientos como los ubicados en Gatas (Turre), Fuente Vermeja (Antas), Lugarico Viejo (Antas) y El Oficio (Cuevas del Almanzora) se halló adscrito políticamente al centro capital del Estado localizado en el sitio de El Argar (Antas). Con el objetivo de garantizar la explotación regular de los recursos y por razones defensivas se instalaron a una distancia semejante entre sí. Cabe mencionar por su importancia otros asentamientos argáricos como Cerro de la Encina, Cerro de la Virgen, Cabezo Redondo o La Bastida.

FUENTE ÁLAMO (2300-1500 a.C.)

Vista de la acrópolis de Fuente Álamo

Ubicado en Cuevas del Almanzora, en las estribaciones de la sierra de Almagro, se trata de uno de los yacimientos más representativos de la cultura argárica. Su descubrimiento a finales del siglo XIX se lo debemos a los hermanos Siret. La elevación del cerro en el que se asienta dotó a este poblado de una fuerte vocación defensiva, además de un efectivo control del fértil valle del Almanzora y de las explotaciones mineras que se llevaban a cabo en las sierras vecinas. También fue determinante en la ubicación del asentamiento la existencia de un manantial que brotaba y que en la actualidad continúa emergiendo al pie del montículo.

Ilustración de Siret de piezas halladas en Fuente Álamo

Gracias al análisis de los enterramientos conocemos la existencia de una organización social jerarquizada, con una clase dominante que habitaba en la acrópolis situada en la cima del cabezo, que controlaba los recursos y que poseía ricos ajuares funerarios compuestos por joyas, alabardas, espadas o cerámica bruñida (abrillantada). Desde los años 70, financiadas por el Instituto Arqueológico Alemán de Madrid, se realizaron excavaciones que sacaron a la luz estructuras arquitectónicas de casas, posibles hórreos (almacenes de cereal) y una cisterna, entre otros restos.

5.2. ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN EL MUNDO ARGÁRICO

UNA SOCIEDAD DE CLASES

La cultura argárica supuso un fuerte cambio con las sociedades calcolíticas del periodo anterior en diversos aspectos como el patrón de asentamiento, la producción metalúrgica o el ritual funerario. A través de las diferentes evidencias arqueológicas halladas en Fuente Álamo, se ha interpretado como una sociedad fuertemente estratificada que estaba dirigida por unas élites o minorías armadas que controlaban los medios de producción y acumulaban bienes de primera necesidad (como el cereal y el agua) y prestigio (como armas o adornos metálicos).

Collar, vaso argárico, vaso trípode argárico y cuenco de paredes rectas

LA ECONOMÍA Y LA CREACIÓN DE UN ESTADO

La variedad de tipos de asentamiento en la sociedad argárica se debió a la amplia diversidad en la explotación de los recursos. En Fuente Álamo, la agricultura tuvo un importante peso en la dieta, tal y como reflejan la abundancia de molinos de piedra barquiformes documentados para el triturado de grano y la construcción de terrazas, presas y canalizaciones para el control del agua. La producción agrícola de cereales como la cebada y el trigo, junto con especies de leguminosas, provocó una fuerte transformación del paisaje.

La explotación ganadera fue de gran importancia al igual que la caza, la recolección, la explotación de recursos forestales y la producción textil del esparto y del lino. La explotación de los recursos minerales como el cobre y la plata fue una de las actividades económicas más destacadas de esta sociedad prehistórica.

Figurillas de El Argar, según dibujos de los hermanos Siret.

Gracias a ella producían armas (espadas, hachas, punzones, alabardas y puñales), así como elementos ornamentales (pendientes, anillos, diademas y brazaletes) los cuales tenían un gran valor para esta cultura. Los argáricos también fueron excelentes alfareros que modelaban a mano vasos, cuencos y vasijas de barro sin decoración, los fondos curvos y con la superficie lisa y bruñida (abrillantada). Se cocían en hornos que eran simples hoyos practicados en el suelo sobre los que se disponían las vasijas cubiertas de ramas y pajas que eran prendidas. También utilizaron la piedra para la elaboración de instrumentos como hachas, azuelas y martillos. La elaboración del tejido se realizaba en telares verticales con pesas y para la fabricación de sandalias, cestas, cuerdas y esteras se empleaba el esparto.

Alabardas,hacha, espada, puñales, punzones y artefactos relacionados con la forja y pulido de metales

En Fuente Álamo, dada la existencia de una bahía marítima que entonces penetraba hasta las cercanías de Las Rozas, Almizaraque y Las Herrerías, la actividad pesquera fue sumamente posible. Cinco especies distintas de peces fueron encontradas en el yacimiento, a pesar de la difícil conservación de los huesos de pescado.

5.3. LA VIVIENDA ARGÁRICA

Las casas argáricas se adaptaban a las características topográficas del lugar donde se hallaban. Así, podemos encontrar casas distantes unas de otras en poblados de llanura o adosadas formando terrazas escalonadas para adaptarse a la pendiente de un cerro. La vivienda solía ser de planta rectangular y el interior estaba dividido en dos o tres ámbitos para funciones concretas, ya fueran domésticas (almacenamiento, tejeduría o cocina) o especializadas, como la molienda de grano y la metalurgia. Esta distribución y organización del espacio nos indica que existía una división del trabajo y una organización básica de la sociedad en torno a la familia.

Partes de una típica casa argárica

Una casa argárica típica se componía de un zócalo de piedra y argamasa sobre el que se alzaban paredes de barro o cañizo con revocos de cal o arcillas. La techumbre era plana o ligeramente inclinada y estaba construida por un entramado de ramas y carrizos cubierto por una gruesa capa de barro para impermeabilizar la superficie. Esta cubrición se apoyaba sobre un armazón de vigas de madera. Estas, a su vez, se sostenían mediante postes de madera que se embutían en el suelo o en el mismo zócalo de piedra. Los postes, las vigas y el entramado de ramas y carrizos se ataban con cuerdas de esparto. El interior contaba con un suelo de tierra batida y bancos corridos adosados a las paredes.

LAS CASAS ARGÁRICAS DE FUENTE ÁLAMO

Las plantas de casas que conocemos en Fuente Álamo resultan sorprendentemente espaciosas. Se ha podido saber que las mismas podían llegar a cubrir un espacio habitable de 5,30 por 4,40 metros y que tenían una forma con tendencia rectangular que en algunos casos presentaban las esquinas ligeramente redondeadas.

Zócalos de viviendas en la acrópolis de Fuente Álamo

Las evidencias documentadas en Fuente Álamo permiten asegurar que por encima de los zócalos de piedra podrían haberse alzado estructuras de tapial. Igualmente, se ha podido constatar la disposición de muros trabados y revocados mediante una preparación de tierra pizarrosa aislante de la humedad que destaca por su color azulado y que en la actualidad todavía se conoce en la región con el nombre de láguena. La coloración y consistencia del mortero de los muros argáricos de Fuente Álamo ha permitido una clara diferenciación in situ con los muros del Bronce Tardío, que presentan siempre un mortero de coloración amarronada de tonalidad clara.

5.4. EL MUNDO FUNERARIO ARGÁRICO

ENTERRAMIENTOS EN EL PROPIO HOGAR

Uno de los rasgos más significativos de la cultura argárica es el ritual funerario, por el que sabemos que los enterramientos múltiples propios de la cultura megalítica se fueron sustituyendo por los individuales. No existían las necrópolis como recintos independientes, sino que los cadáveres se enterraban en el subsuelo de la propia vivienda o fuera de estas dentro del poblado, como pudo comprobarse en Fuente Álamo. Los tres tipos de enterramientos más frecuentes se realizaban en cista o caja, de forma rectangular y construida con losas de piedra planas de gran tamaño; en covachas abiertas en la roca junto a la pared posterior de las viviendas; y en tinajas de cerámicas denominadas pithoi, hechas a mano y de forma globular.

Tipos de enterramientos argáricos

El ritual consistía en colocar los cuerpos en posición fetal y envolverlos con un sudario para que no perdieran esa postura. Junto al cuerpo se depositaban sus armas y útiles de hueso, piedra o metal, para posteriormente añadir ofrendas de alimentos en recipientes de cerámica. Estos espacios funerarios se cerraban con una tapa de madera o una laja de piedra. Los enterramientos podían hacerse de manera individual o en pareja. En ocasiones aparecen enterramientos próximos, muestra de la importancia de los parentescos en el núcleo familiar en la cultura argárica.

Cista de Fuente Álamo

UN AJUAR PARA EL MÁS ALLÁ

Los distintos ajuares funerarios encontrados en Fuente Álamo han permitido llegar a la conclusión de que existían diversos estratos sociales entre sus habitantes, ya que parece existir una correspondencia entre la riqueza de los materiales hallados en el interior de ciertos enterramientos y el nivel jerárquico que ocuparía el difunto en vida. Las disparidades entre los ajuares masculinos y femeninos son un reflejo de las diferencias que separaban socialmente a hombres y mujeres en el seno de la cultura argárica; mientras que los de los varones solían presentar mayor riqueza en objetos de metal, armas y cerámica, en los de las mujeres, salvo excepciones, encontramos objetos decorativos con menor valor simbólico.

Ajuar funerario: diadema, cuenco, vasijas, puñal de remaches, pendientes-dilatadores y anillos.

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies